Fernando Martínez (93), uno de los dueños de Don Satur e hijo de Don Saturnino, fundador de la emblemática fábrica de bizcochos de grasa, falleció el pasado miércoles. Amante de las vacas y obsesionado con la genética de la raza Holando, impulsó avances como la inseminación artificial y la importación de embriones desde Canadá y Estados Unidos. Su búsqueda de la excelencia no respondía a intereses económicos, sino a una pasión genuina por superarse. Fue despedido de manera sentida por la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), a la que pertenecía desde que la familia incursionó en la actividad agropecuaria. Martínez, además de ser un exitoso empresario del rubro alimenticio, también fue productor lácteo, con la cabaña La Sorianita y La Sorianita II, esta última junto a sus hijos.